Después de nuestro viaje a Saint-Malo, regresamos a París, ciudad en la que tuve que quedarme un par de semanas más haciendo trámites varios, mientras mi marido regresaba a Moscú. Si bien habría preferido regresar a mi casa, pensé positivo y me dije que nuevamente tenía la posibilidad de visitar a mis amigas y de recorrer la ciudad con la que tengo una relación especial.

A mi modo de ver, una de las gracias que tiene París, es la diferencia que existe entre cada barrio o quartier. Cada uno tiene particularidades que atraen o alejan a los turistas, en virtud de la cantidad de museos o de monumentos que cada uno tiene.
Uno de los barrios más frecuentados es el Marais, no sólo porque está en pleno centro turístico de París, sino también porque en él hay museos, galerías de arte, tiendas de ropa, restaurantes, bares, hoteles, jardines y “hôtels particuliers” (grandes residencias de la burguesía francesa del siglo XVII). Hoy en día es conocido además por ser el barrio gay de París.

Uno de los días en que recorrí el Marais, me propuse tres cosas: comer un falafel, ir a la Place des Vosges y tomarle fotos a las intervenciones artísticas.
1-Comer falafel: ¿Qué son los falafel? Son unas croquetas o bolitas hechas a base de garbanzo o de habas, con cilantro, cebolla y un poco de harina o pan rallado. Estas croquetas se sirven dentro de un pan pita con salsa de yogurt y verduras varias como tomate, repollo, cebolla cortada en pluma, etc… Es una comida rica y barata, para los precios parisinos. Se los recomiendo para dejar de comer kebabs o gyros, otra de las comidas callejeras baratas. En rigor, yo no debiera comer falafel porque tiene harina de trigo y yo tengo alergia, pero pregunté y me dijeron que no tenían tanta. El pan pita no me lo comí (los entregan con un tenedor), así es que no tuve problemas…
En el Marais hay varios negocios de falafel cuyos dueños son judíos. Hay uno cerca de la sinagoga del Marais, y tres más en la Rue des Ecouffes. Como los dueños son judíos, están cerrados los sábados por el shabatt, pero abren los domingos.


2-Ir a la Place des Vosges: Con mi falafel en la mano, partí a la Place des Vosges a comer mi almuerzo. Me senté en un banco, y mientras, me dediqué a mirar cómo la plaza se transforma a la hora de almuerzo. Mucha gente va a almorzar y hace pequeños picnics con sus sándwiches y botellas de agua.


Es un buen lugar para relajarse, pero si lo que quieren es un lugar menos concurrido, pueden ir a la Square Charles-Victor-Langlois que queda en la Rue de l’Abbé Migne. Yo la encontré de casualidad después de mi almuerzo, así es que les recomiendo recorrer el Marais. Hay muchos rincones y jardines muy tranquilos en los que se puede almorzar, leer, escribir o dormir una siesta, como el jardín de los Archives Nationales.


3-Tomar fotos al arte callejero: Lo que más llamó mi atención, es la gran cantidad de arte callejero expuesto en sus muros. Son muy pocos los muros no intervenidos y si uno los sigue como yo lo hice, puede darse cuenta de que hay autores que han dejado plasmados sus dibujos o intervenciones no sólo en varios puntos del Marais, sino también en toda la ciudad. ¡No se imaginan la cantidad de fotos que he tomado! ¡Me entretuvo demasiado! Hay muchos y hay que mantener la vista hacia arriba. Por lo general están en altura. Hay algunos en mejor estado que otros, pero ésa es la gracia del arte callejero, es efímero.




Si andan por París o deciden visitar la ciudad, les recomiendo dejarse levar por el Marais y recorrer sus calles sin mapa, no se perderán. Y si quieren salir por la noche, el Marais es una buena alternativa, así podrán ver otra cara de este barrio.
¡Buen viaje!
Qué maravilla de lugar Caro.
Tu blog está buenísimo, te sigo desde ya mismo.
Un abrazo!!
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¡Gracias Isi!
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Bueno Chica! Felicitaciones! En mis «ratitos libres» voy a aprovechar de leerte!!
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[…] y/o sectores entretenidos: el Marais (aquí), el Beaubourg (centro-Pompidou y Chatelet), Montmartre-Pigalle, Rue Mouffetard, Bastille, la Rive […]
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