Situada en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, Segovia fue uno de los grandes descubrimientos de nuestro viaje a España. No sólo porque el paisaje es radicalmente diferente al de Asturias, sino también porque sus calles reflejan una influencia cultural completamente diferente.

Llegamos a Segovia en tren desde Oviedo. Tomamos el AVE (tren de alta velocidad) y nos bajamos en la estación de Segovia-Guiomar. Al salir del tren, sentimos de inmediato el calor seco, pero nos impactamos más al salir de la estación de trenes. Primero, porque está en medio de la nada y segundo, porque lo único que se ve, son campos amarillos en los que se producen cereales. El verde asturiano pasó a ser un recuerdo lejano.


A la salida de la estación de trenes tomamos el autobús urbano n°11 para acercarnos hasta el centro de la ciudad. Nos bajamos en el paradero “Acueducto” que está frente a esta maravillosa construcción romana, símbolo de Segovia. Al ver el acueducto me dije, ¡llegamos! Desde ahí nos fuimos directo hasta la casa de nuestra querida anfitriona, una amiga chilena que no veía hacía años y que vive en la parte antigua de la ciudad. ¡Gracias Sciollis por recibirnos! La tarde se nos pasó volando entre conversa y conversa. Había que ponerse al día, así es que comenzamos nuestro recorrido al día siguiente.

Antes de comenzar nuestra visita, nos dirigimos hasta la oficina de turismo para conseguir algunos planos de la ciudad. El recorrido hasta la plaza central de Segovia fue un descubrimiento. Las calles son estrechas y las fachadas de los edificios están muy buen mantenidas.
Quedamos maravillados con las decoraciones exteriores de las fachadas, hechas con una técnica conocida como esgrafiado. ¿En qué consiste? Se superponen dos capas de materiales distintos, la capa base y la capa superficial. Posteriormente se hacen dibujos con un punzón sobre la capa superficial para mostrar el color/y o material de la capa base. Hoy en día se usan moldes y el resultado es similar al del encaje. Esta técnica forma parte del arte mudéjar, una mezcla del estilo árabe con el cristiano, que se desarrolló en España entre los siglos XIII y XVI. La mayoría del esgrafiado que se ve en el casco antiguo de Segovia no data de esa época, pero aporta un toque diferente a la ciudad.




En la plaza, se impone la catedral que decidimos visitar de inmediato, pero que amerita un post aparte.


Seguimos caminando hasta el Alcázar (que dejamos para otro día), y decidimos bordear la muralla de la ciudad que lleva hacia la Judería o Barrionuevo. Creada en 1412, como resultado de las leyes de Ayllón, éstas ordenaron a los judíos residentes en España, a vivir en barrios separados de los cristianos. Se les obligó a portar un símbolo distintivo en la ropa y se les prohibió ejercer la mayoría de los oficios…. ¿Les recuerda algo? Durante ocho décadas, la vida de la mayoría de los judíos de Segovia se desarrolló al interior de este barrio. En 1492, una vez finalizada la Reconquista, se procedió a la expulsión de los judíos de España. Debido a ello, los habitantes de la judería se vieron forzados a abandonar la ciudad, otros optaron por convertirse al cristianismo. Los edificios y sinagogas fueron ocupados y transformados por los cristianos. Por ejemplo, una de las sinagogas hoy es la Iglesia del Corpus Cristi (destruida por un incendio y restaurada hace unos años atrás), otra antigua sinagoga forma parte de un colegio católico. También se conserva el edificio que sirvió como carnicería kosher.




Sin duda alguna, Segovia tiene un pasado cultural rico y diverso que se manifiesta en cada rincón de la ciudad. Caminar por las calles de Segovia es un agrado, en especial, cuando el sol comienza a esconderse. El calor del mediodía espanta a sus habitantes y es fácil reconocer a los turistas que nos paseamos desafiando las altas temperaturas (30 grados a fines de julio). Sin embargo, cuando comienza la tarde, sus habitantes salen en masa a las calles y disfrutan de una cerveza al aire libre acompañada de una tapa. La plaza frente al acueducto tiene muchos bares y cobra vida a partir de las 17:00 hrs.

Si disfrutan de la Edad Media, les recomiendo visitar Segovia. Si bien es verdad que pueden visitarla de manera expedita en un sólo día, yo les recomiendo tomarse el tiempo para disfrutarla un poco más.
Datos útiles:
Cómo llegar: Segovia queda a 30 en tren y a 1h30 en bus desde Madrid. Por lo que es factible hacer el viaje ida y vuelta en el día. Más informaciones aquí.
Informaciones: Segovia tiene varias oficinas de turismo que entregan planos de la ciudad completamente gratis.Hay varias: una en la plaza frente a la catedral y un Centro de recepción de visitantes frente al acueducto. Para más información consultar este link.
Importante: En la plaza del acueducto tengan cuidado con los carteristas. Mientras caminábamos por ahí pude identificar a un par de ellos. Los hay en todas las ciudades turísticas.
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