Siempre me ha gustado patinar y mi sueño de niña era poder patinar sobre hielo. Cuando comenzaron a transmitir los Juegos Olímpicos de Invierno en Chile, no me perdía las competencias de patinaje. Mirar las piruetas y los saltos que hacían los patinadores me parecía demasiado entretenido y ¡lo hacían ver tan fácil! Si bien la realidad es otra…

Antes de venir a Moscú, tuve la posibilidad de patinar en hielo en dos ocasiones en Francia. No fue fácil, pero me gustó tanto que, apenas se abrió la temporada de patines, le pedí a mi marido que me acompañara. El invierno 2014 fuimos todos los domingos por la mañana a patinar al parque Gorki y para no hacer la fila, decidimos comprarnos patines y adquirir las entradas por internet.

Este año no podía ser la excepción, así es que tomamos nuestros patines y nos fuimos al parque Gorki a patinar. Es una pista artificial hecha sobre las avenidas del parque y está amenizada con música. Al interior hay cafés y restaurantes en los que se puede descansar o pasar un poco el frío. En las noches la pista está iluminada con luces de colores, por lo que el ambiente es mucho más juvenil que el que se observa en las mañanas y la entrada es un poco más cara. Si tienen suerte, puede que vean ardillas como la de la foto.

Actualmente, la entrada a la pista de patinaje cuesta entre unos 300 o 400 rublos, dependiendo del día y de la hora. El arriendo de patines cuesta unos 1000 rublos. Puede parecer caro, pero en realidad no lo es, ya que los 1000 rublos son un depósito que es devuelto al momento de mostrar en la caja que uno devolvió los patines. Debido a ello, es muy importante guardar las boletas.

Cuando pagan la entrada, la cajera entrega unas tarjetas que permiten ingresar y salir del recinto. Si desean hacer uso de la guardarropía (para dejar los zapatos, por ejemplo), tienen que decirle a la cajera que quieren un ticket de “garderob”. Hay que pagar un adicional, pero son sólo 100 rublos y pueden dejar dos bolsos.

En casi todas las pistas de patinaje recomiendan usar guantes para evitar que otro patinador les corte un dedo en caso de caer sobre el hielo (conozco una persona a la que ocurrió porque el patín era de hockey y las cuchillas son distintas). Debido a ello, pienso que además de evitar caerse, hay que tener el reflejo de sacar las manos del suelo lo más rápido posible después de la caída.

¡Espero que esta última parte no los desmoralice! Lo importante es atreverse y pasarlo bien. Yo vuelvo a tener doce años cada vez que ando en patines, aunque ya no tenga la agilidad de aquellos años ni la técnica de las patinadoras profesionales. Me deslizo sin problemas y eso me basta para pasarlo bien.

Si vienen a Moscú en invierno, les recomiendo que vayan a alguna de las canchas de patinaje que hay en la ciudad. Pasarán un muy buen momento y tendrán una experiencia distinta de la ciudad.

¡Buen viaje!