Cada año, entre el 18 y el 19 de septiembre, los chilenos celebramos las Fiestas Patrias. Ambos días son feriados nacionales y eso permite que las familias se reúnan para conmemorar la declaración de Independencia que tuvo lugar en 1810. Es tradicional comer empanadas, asados de todo tipo, anticuchos, choripán, tomar más vino o pisco del que se tiene costumbre y bailar cuecas, cumbias y/o reggaetón. Es claramente, una fiesta popular que no hace distinción de clases sociales, porque todos los chilenos celebramos por igual.

Sin embargo, cuando uno está lejos del país, esta celebración se hace más compleja: no hay feriados, la carne es más cara y si uno vive en departamento, las posibilidades de hacer un asado se reducen a cero y hacer empanadas para dos personas no sale a cuenta porque es demasiado trabajo.
Es por ello que quiero agradecer públicamente a la Asociación de chilenos en Rusia por haber organizado una vez más, la celebración del 18 de septiembre en el consulado de Chile en Moscú.

Fuimos con mi marido francés y con un amigo nuestro para disminuir la nostalgia de estar lejos de la familia. Hubo palabras de bienvenida de parte del embajador chileno, cantamos el himno nacional, proyectaron un discurso de la Presidenta Michelle Bachelet dirigido a los chilenos en el exterior y disfrutamos de un cóctel que me hizo sentir más cerca de Chile. Habían: choritos (mariscos), empanadas, salmón, pastel de choclo (maíz), pisco y vino chilenos, queques varios.


Estaba todo súper rico y todo tenía un toque hogareño. Lo disfrutamos muchísimo. Esperaré con ansias el próximo 18 de septiembre para volver a celebrar.
¡Gracias nuevamente por alegrarme el fin de semana!