“Asturias, paraíso natural” es una de las frases que resume uno de los principales atractivos del principado. Interesados por descubrir más de aquellos paisajes, decidimos dejar el mar y partir hacia la montaña. Fue así como descubrimos Arenas de Cabrales, un pequeño pueblo de unos 1000 habitantes situado a las faldas del Parque Nacional Picos de Europa.
Después de analizar las opciones de transporte desde Oviedo, nos inclinamos por tomar un bus. Éste nos dejó a la entrada del pueblo (frente al quiosco de información turística).

Al bajarme del bus me impresionó ver que estábamos tan cerca de la montaña. El paisaje es realmente muy bonito. Caminamos unos 10 minutos hasta el hostal en el que habíamos reservado una habitación. Una vez instalados, fuimos a la oficina de información turística para tener más información sobre los paseos y senderos que se pueden hacer. Nos entregaron un par de planos con distintas rutas de senderismo, en los que aparece muy bien indicado el nivel de dificultad. Para senderistas novatos como nosotros, este tipo de información es muy valiosa, ya que para hacer rutas complejas, hay que tener más experiencia.

Arenas de Cabrales es conocido por su queso azul. Es un queso muy fuerte. Lo probé en Oviedo cuando comimos los “patatines al cabrales”, y después de esa experiencia no quise repetir. Al momento de comer, me incliné más bien por el plato regional, la Fabada. Este es un plato que se hace con “fabes”, unos porotos largos muy cremosos que se cocinan con un trozo de morcilla, de chorizo y de tocino. Si bien es un plato calórico, es ¡DELICIOSO! Si viajan a Asturias, TIENEN que probarlo (en caso de que no sean vegetarianos claro).

Caminar por Arenas de Cabrales es muy relajante. Sus calles conservan la arquitectura tradicional y las casas están muy bien mantenidas. Si bien desde la década de 1980, el turismo se convirtió en una de las principales actividades económicas del pueblo, sus habitantes continúan desarrollando actividades tradicionales como: la elaboración del queso Cabrales, la sidra y la ganadería.

Como en todo pueblo, cuando hace calor no hay mucha gente en las calles, pero una vez que cae la tarde, éstas comienzan a llenarse de gente y el pueblo cobra vida. Hay una plaza central en el que hay muchos bares y restaurantes, que concentra la mayor cantidad de personas. En cualquier caso, basta con alejarse unos 100 metros del centro para encontrar nuevamente la calma. Paseando por un sector cercano al río Cares, pudimos disfrutar del sonido de una gaita que provenía de alguna casa cercana a las faldas del cerro. Era simplemente ¡MARAVILLOSO!


Si visitan Picos de Europa, les recomiendo alojarse en Arenas de Cabrales, en especial, si no andan en auto. Estarán muchísimo más cerca del sendero de Bulnes o de la Senda del Cares y les será muy fácil arrendar un taxi o simplemente hacer dedo para llegar al inicio de estas rutas.
En un próximo post, les contaré acerca de nuestras excursiones en la región.
Datos útiles:
Cómo llegar: Buses Alsa. En temporada alta (junio-agosto) hay 4 servicios al día. El domingo hay sólo 3 servicios. Para informaciones acerca de los servicios en invierno, consultar www.alsa.es
Si viajan desde Oviedo, el viaje se hace en dos etapas: Oviedo-Arriondas, Arriondas-Arenas de Cabrales Tienen que cambiar de bus en el mismo terminal. No se preocupen por perder uno de los buses, están conectados y se esperan.
Dónde alojarse: Hostal Naturaleza. Habitación doble con baño privado: 40 euros la noche. Incluye desayuno, toallas, gel de ducha/shampoo y wifi. Para reservar hay que llamar por teléfono: 9858464 87
También tienen un servicio de taxi en caso de que lo necesiten. Los dueños son muy amables y simpáticos.
Dónde comer: hay varios bares y restaurantes antes de cruzar el puente del camino que va hacia Poncebos.
Si son alérgicos al trigo o al gluten como yo, en el pueblo hay un supermercado que vende productos gluten free. Aquello resultó ser una grata sorpresa para mí 🙂
Qué visitar: Museu del Quesu: situado en el camino hacia Poncebos, presenta la historia y el proceso de elaboración del queso Cabrales. Si se alojan en el pueblo, pueden ir caminando.