El otoño es una de mis estaciones favoritas, en especial por los nuevos colores que nos ofrece la naturaleza. Yo estaba acostumbrada al cambio de color de las hojas de los árboles y a verlas caer con la más mínima brisa. Sin embargo, en Moscú se agrega un elemento que no conocía: la luminosidad.
Es increíble ver cómo el cielo cambia de color y se llena de una luz que en ocasiones hace mal a la vista. Cuando el día está despejado y hay sol, el color de las hojas de los árboles se intensifica y contrasta con el color del cielo. Eso le da un toque especial a cualquier paseo por uno de los numerosos parques de la ciudad.
El resultado pueden verlo en esta foto.
¡A mí me encanta! ¿Y a ustedes?
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