La senda del Cares es otra de las rutas que ofrecen los Picos de Europa. En sus orígenes era una ruta de pastores, pero fue abierta en las décadas de 1940-1950 en paralelo a la construcción de un canal. La senda del Cares une Poncebos (Principado de Asturias) con Caín (Castilla-León). El recorrido ida y vuelta es de unas 6-8 horas caminando ida y vuelta y es de dificultad baja.

Iniciamos nuestra caminata desde Poncebos. Es fácil encontrar el camino a seguir porque está señalizado. La senda del Cares se inicia con un par de subidas, la segunda más empinada que la primera y después es casi todo de bajada o plano. El camino sigue el valle del río Cares y bordea el canal que se construyó en la década de 1950.

El paisaje es de montaña, con vegetación baja y muy verde. En el camino hay una antigua aldea abandonada, Culiembru, en la que todavía se pueden ver algunas de sus construcciones, como la capilla.

El camino se hace monótono a ratos, pero las cabras que se cruzan en el camino le dan una nueva fisonomía.

Hay varios túneles que cruzan el río, ambos cercanos a Caín. El más impresionante es el puente Los Rebecos, que permite ver el cañón en todo su esplendor. Yo lo crucé rápido porque sufro un poco de vértigo….

Antes de llegar a Caín, hay que cruzar una zona de túneles que cambian radicalmente el paisaje.Si bien nos habíamos detenido en el camino para descansar y tomar agua, al llegar a Caín, hicimos una pausa más larga para almorzar nuestro picnic y descansar. Recorrimos el pueblo, que es muy pequeño y emprendimos nuestro viaje de regreso.


El viaje de ida estaba muy despejado, porque comenzamos a caminar a las 6:30 AM. Sin embargo, el regreso fue lento porque había mucha gente. Comenzamos nuestro regreso como a las 14:00 y notamos de inmediato la diferencia. En el Lonely Planet hablaban de las “horas punta” de la senda del Cares, pero no pensamos que fuera para tanto. Al haber tanta gente, familias completas, mujeres embarazadas, niños, perros, etc… complica el caminar porque las rutas son estrechas y no todo el mundo tiene la deferencia de hacerse a un lado para evitar caerse al barranco.


Llegamos a Poncebos cansados, pero muy contentos de haber cumplido con nuestro objetivo. Regresamos a nuestro hostal haciendo dedo y después nos fuimos a comer a Arenas de Cabrales.
Hacer esta ruta fue un buen entrenamiento para la práctica del senderismo. Si se animan a practicar esta actividad, les recomiendo tomárselo con calma y caminar según su propio ritmo. La práctica hace al maestro 😉 .
Datos útiles:
–Levantarse de madrugada para comenzar el recorrido muy temprano. Eso les permitirá tener un sendero despejado. Si quieren un sendero despejado al regreso, no deben quedarse muchas horas en Caín.
–Usar botines o zapatos de trekking. Evitarán lastimarse los pies o torceduras.
–Recomiendo usar bastones de marcha. Permiten una buena estabilidad y se ahorra energía. Las subidas y bajadas de este camino son complejas y los bastones me ayudaron mucho.
–Llevar agua para el trayecto y beber en forma constante. Tomar agua sólo cuando tienen sed, no es bueno y puede ser demasiado tarde porque significa que no están bien hidratados.
–Llevar siempre ropa abrigada en una mochila. No se debe olvidar que es una zona montañosa y que el clima puede cambiar muy rápido.
–Consultar la meteorología antes de hacer el recorrido.
Punto negativo de la jornada:
El restaurant/cafetería que pertenece al Hotel Garganta del Cares tiene buena comida pero una pésima atención.